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LO QUE SAN JOSÉ SE LLEVÓ

Resumen para los lectores vagos: últimas horas en la oficina y últimas escapadas por la capital.

Aunque despedirnos del norte y de su gente no fue nada fácil, en San José nos estaba esperando Olga para ponernos al día de lo sucedido estas últimas semanas, y qué mejor forma de hacerlo que tomando un mojito en nuestro restaurante cubano preferido, la Bodeguita del Medio. En este ocasión, se sumó al plan Manu, un chico francés que pasaba unos días en casa de Olga antes de emprender su viaje por Costa Rica. Nos sentimos bastante ticas recomendándole los mejores sitios que visitar del país, así como introduciéndole a la comida típica costarricense. Esta cena nos dio fuerzas para empezar la última semana en las oficinas de HIAS, donde igual que en el norte, el trabajo (o "brete" como lo llaman aquí) no ha parado.


La verdad es que esta vuelta al trabajo se hizo más llevadera, pues nos moríamos de ganas de reencontrarnos con los abogados, a quien hacía semanas que no veíamos. A lo largo de estos días estaba muy latente el espíritu de cierre, que ha venido marcado no solo por nuestras últimas labores en la oficina, sino porque Sofi, una de las abogadas, deja HIAS para ir a estudiar un máster a Barcelona. Con un sabor un poco agridulce, Sofía tenía que renunciar a la representación legal de los usuarios y preparar el papeleo para poder transferir los casos al resto de abogados.


Asegurándonos de que no quedase ningún cabo suelto, hemos dedicado gran parte de la última semana a elaborar un informe final con todas nuestras observaciones, conclusiones y recomendaciones respecto del trabajo en HIAS. También hemos redactado la memoria de las prácticas, que ha sido una gran excusa para obligarnos a sentarnos y reflexionar sobre nuestra estancia y vivencias de los últimos 2 meses. Hemos recibido la valoración final de nuestro trabajo y por lo que parece, ¡no lo hemos hecho nada mal!


Aunque nosotros estemos de despedida, en HIAS la rutina no permite descanso y los solicitantes de refugio siguen llegando a las oficinas. Es por ello que también hemos tenido que acudir a la Unidad de Refugio a entregar documentación y velar, tal por última vez, por los derechos de los solicitantes de refugio. A pesar de que hemos notado una disminución en la cantidad de gente solicitante, la saturación actual del sistema sigue dando lugar a vulneraciones de derechos como la reprogramación de citas de agosto hasta febrero y la falta de atención por parte de la administración. Esto ha despertado en nosotras un sentimiento de impotencia y rabia, al ver que trámites sencillos se complican por la burocracia y la discrecionalidad de gente incompetente. Aún así, por suerte HIAS sigue al pie del cañón, consiguiendo por ejemplo que 5 solicitantes que se habían desplazado desde el CATEM tras un viaje de 4 horas en bus fuesen finalmente atendidos.


Por si alguno lo dudaba, hemos aprovechado muy bien nuestras últimas tardes viviendo San José desde dentro, con actividades tan normales como ir a hacer un par de recados al Mall San Pedro o perdernos entre las estanterías de la Feria del Libro que se celebra esta semana en la Antigua Aduana. Ese día, lamentamos no tener más hueco en nuestra maleta, pues nos los hubiésemos llevado todos. Flor, también quiso ser parte de nuestra última excursión, llevándonos a Heredia (un pequeño pueblo cerca de San José) a probar comida típica de la provincia de Limón. Ahí pudimos degustar los sabores típicos caribeños, donde la leche de coco es el principal protagonista. Sin embargo, no podemos negar que hemos hecho un poco de menos la comida española. Y por eso el miércoles hicimos disfrutar a un grupo de amigos ticos de una deliciosa tortilla de patata y pan con tomate; acompañado, eso sí, de yuca frita y cerveza Imperial, demostrando así que le mejor intercambio cultural es a veces alrededor de una mesa compartiendo y descubriendo sabores. Tal vez por eso la despedida planeada en la oficina de HIAS ha girado en torno a la comida. Así hemos pasado nuestras últimas horas en San José, disfrutando con nuestros compañeros y tratando de obviar que todo lo bueno se acaba.




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